Creo que en mi vida había hecho tantos sudokus como en este vuelo de ida a La Habana... y es que casi 10 horas de vuelo dan para 2 pelis, un País, una Razón (para reírnos un poco) y sudokus de todos los tipos, aunque algunos únicamente se dediquen al Marca... que tío, el Jose, debe haberse leído hasta la fecha de todas las páginas!
Al final todo llega, y de primeras, la impresión no es muy buena, en el control de inmigración con una funcionaria, joven, pero con un bigote que parecía hija del Ché. Pero aparte de la impresión ningún problema, esto de la burocracia es poner buena voluntad borrega, y entonces se te abren las puertas, no te miran el pasaporte, ni te ponen un sellito (joder y yo con el pasaporte impoluto de nuevo, sin poder mostrar un sello de, como dice Sergio, el primer país no democrático que visitamos. Bueno, así no se entera Capita...)
Llegamos al hotel tras cambiar y pillar un peseto, nos hacemos el primer lío con el cambio, aunque no tanto como el tío del hotel que si no es por una compañera espabilada por poco nos cobra 300 CUC de menos, lástima, aquí, por lo que se ve las que llevan la batuta son ellas.
Son las 11 locales (las 5 de la mañana en España) cuando ya instalados nos salimos a dar una vuelta, a explorar el entorno y la fauna local, es viernes, hay mucha gente por las calles, y por todas partes te ofrecen taxis, garitos para tomar copas, con música...para ir abriendo boca empezamos con el clásico cuba libre en una terraza, no se porqué, pero esto del jetlag es una excusa cojonuda para extender la velada, y como digo yo, aunque llevamos un buen tute encima, somos los dos recordmen de agonía libre en barra fija, y Sergio, contrariamente a lo que nos tiene acostumbrados no tiene cara de sueño. Tengo que discutir con Jose si es casualidad o definitivamente solo lo hace cuando salimos toda la familia junta para que le hagamos mutis y tenga más intimidad. Ufff! Donde hay confianza, cuchillo de palo que diría el otro...
Bueno, pues a pesar de todo, con unas cuantas copas más (entran suave, suave, papito), charla, y baile hacemos lo que somos especialistas, es decir, chapar el garito e irnos a dormir. Son las 4 de aquí, las 10 de la mañana en España. Empezamos bien...
Al final todo llega, y de primeras, la impresión no es muy buena, en el control de inmigración con una funcionaria, joven, pero con un bigote que parecía hija del Ché. Pero aparte de la impresión ningún problema, esto de la burocracia es poner buena voluntad borrega, y entonces se te abren las puertas, no te miran el pasaporte, ni te ponen un sellito (joder y yo con el pasaporte impoluto de nuevo, sin poder mostrar un sello de, como dice Sergio, el primer país no democrático que visitamos. Bueno, así no se entera Capita...)
Llegamos al hotel tras cambiar y pillar un peseto, nos hacemos el primer lío con el cambio, aunque no tanto como el tío del hotel que si no es por una compañera espabilada por poco nos cobra 300 CUC de menos, lástima, aquí, por lo que se ve las que llevan la batuta son ellas.
Son las 11 locales (las 5 de la mañana en España) cuando ya instalados nos salimos a dar una vuelta, a explorar el entorno y la fauna local, es viernes, hay mucha gente por las calles, y por todas partes te ofrecen taxis, garitos para tomar copas, con música...para ir abriendo boca empezamos con el clásico cuba libre en una terraza, no se porqué, pero esto del jetlag es una excusa cojonuda para extender la velada, y como digo yo, aunque llevamos un buen tute encima, somos los dos recordmen de agonía libre en barra fija, y Sergio, contrariamente a lo que nos tiene acostumbrados no tiene cara de sueño. Tengo que discutir con Jose si es casualidad o definitivamente solo lo hace cuando salimos toda la familia junta para que le hagamos mutis y tenga más intimidad. Ufff! Donde hay confianza, cuchillo de palo que diría el otro...
Bueno, pues a pesar de todo, con unas cuantas copas más (entran suave, suave, papito), charla, y baile hacemos lo que somos especialistas, es decir, chapar el garito e irnos a dormir. Son las 4 de aquí, las 10 de la mañana en España. Empezamos bien...
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